domingo, 19 de febrero de 2012

NADA CAMBIARÁ A NO SER...

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      Esta es la canción cantada en Egipto antes de la caída de Mubarak.          Dice así:
 Hemos levantado la cabeza hacia el cielo........Buscamos y no encontramos nuestro sitio
Ya no nos importa el hambre.........................Y tenemos un mañana claro ante nosotros
Lo más importante es nuestro derecho............Hace tiempo que esperamos
Nuestras armas son nuestros sueños...............En todas las calles de mi país
                                           Llama la voz de la libertad.

 El que crea que esta canción no es la suya, que solo es de un país distinto al nuestro, es que no ha entendido nada.
Evelyn Bonilla Bosch:
Hoy me he encontrado con ex alumn@s que ahora han estado en el LLuís Vives y con compañeros profesores del mismo... Más indignada si cabe con los testimonios: la foto que circula de una marca en la cadera por la carga es de una ex alumna!! Me la ha enseñado en vivo. Por otra parte, los compañeros profesores y alumnos me han contado como una vez detenid@s les pegaban en el furgón policial, o como les rodeaban en la calle y les tenía horas sin poder salir, llorando, angustiados... o como les tocaban los pechos a las niñas... Tengo unas ganas de llorar.... Necesitamos justicia, vivir en una sociedad que nos garantice la seguridad y la paz... No podemos consentir esto!! De ninguna de las maneras!

Nada cambiará con manifestaciones pacíficas en calles de tránsito. La situación solo dará la vuelta cuando se destruyan los bancos, cuando estos manifestantes asalten los parlamentos, detengan a los diputados y creen una asamblea para organizar unas elecciones absolutamente democráticas. Luego... ya veremos.
En realidad nuestros políticos andan día y noche estudiando cómo engañar a los ciudadanos y confundir a los que exigen decencia y justicia. Otra cosa no hacen porque no saben, aparte que nadie les ha dado la consigna adecuada.

No es de recibo que los jóvenes, que se manifiestan por exigir que les devuelvan la calefacción y la electricidad, que les han robado de sus aulas, reciban los golpes y los insultos de cientos de perros descerebrados, seguramente después de haber recibido su dosis de anfetamina, como en tiempos de Fraga. La gente no debe quedarse sentada y quieta, quejándose a la espera que un sistema, a todas luces criminal y déspota, tome medidas para devolverles lo robado.
No debemos olvidar quién es el responsable final de los golpes y de los insultos: el perro a sueldo y sus mandos más inmediatos. Es a esos a quien se debe perseguir, fotografiar y reprimir en sus casas, en sus barrios; y a sus hijos, a sus madres e incluso a sus amigos. No hay que sentir ningún remordimiento en ello, aunque sepamos que es injusto. La guerra siempre lo es y son ellos los que nos han metido en ella. Solo los estúpidos no quieren darse cuenta o prefieren creer que no existe. En estos momentos, los cachorros de un sistema han declarado la guerra al resto, convencidos que no hay riqueza para tantos, para asegurarse una buena parte de la poca que ha quedado, después de haber arruinado la sociedad que dicen defender.

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1 comentario:

  1. Pau, creo que hay demasiada gente que defiende el sistema, porque ponerse en contra significaría reconocer que no son dueños de su vida. Síndrome de Estocolmo, creo que se llama, pero a nivel masivo. Bueno, también se puede llamar "ser gilipollas." Y luego está el consenso y el pacifismo y el lenguaje políticamente correcto, o sea: la parálisis. Quejarse de que los polis son malos y te pegan porque te empeñas en actuar como si no estuvieran allí para eso. Tal vez habría que despertar, matar a Yupi y ver la realidad tal como es.

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